Restaurant du Parc des Eaux-Vives

Restaurant du Parc des Eaux-Vives



En uno de los muchos exuberantes parques de la ciudad suiza de Ginebra, se ubica uno de los restaurantes de mejor entorno ‘natural urbano’ de Europa, el Restaurant du Parc des Eaux-Vives. Desde las mesas de su terraza panorámica o desde su elegante comedor acristalado, nadie diría que está a menos de un cuarto de hora paseando –ni cinco minutos en coche- del mismísimo centro histórico de la ciudad.

Su orientación visual hacia el lago Léman, atravesando el gigantesco parque que da nombre al restaurante, en el que según la temporada hacen diversos concursos botánicos -el de rosas es el más importante-, le dota de una enorme tranquilidad y hace que resulte perfecto para un ágape, ya sea romántico o familiar, observando la naturaleza y disfrutando de los aromas florales.

La Maison de Maître Plonjon, donde se ubica físicamente el local, es una mansión del siglo XVIII, que fue transformada en un primer restaurante de lujo ya en el año 1900 y en la que, después de algunos cambios de propiedad, desde los años 60 empezó a fraguarse el restaurante que es ahora. La última renovación, en 2003, dividió el local en dos restaurantes: una brasería –muy buena, por cierto- y, el que nos ocupa, el restaurante gastronómico, que luce en su puerta de entrada las relucientes placas con 2 estrellas Michelin y con sus 17 (sobre 20) puntos de la edición 2008 de la no menos prestigiosa guía Gault Millau. También se han incorporado al recinto 7 habitaciones de hotel, 2 de ellas suites.

La sala, clásica, con elementos art-déco, contrasta con una carta actualizada, que crea y ejecuta el chef Olivier Samson, y que en un primer vistazo ya destaca por el protagonismo de los productos de temporada. Los otros protagonistas, sin duda, los ingredientes de lujo: caviar, langosta, caza de alto nivel… Todo parece pensado para encajar perfectamente en Sibaritissimo.

Disponen de tres menús de degustación (entre los 100 y los 180 euros, sin bebidas), además de un más que correcto menú de mediodía por unos 50 euros. A la carta, platos entre los 40 y los 60 euros –salvo excepciones-, entre los que destaca una lujuriosa tarta del casar con confitura de limón, cremoso de coliflor y caviar osetra, unos delicados salmonetes de roca al vapor dulce, o un impresionante cordero de l’Aveyron a la mantequilla salada, acompañado de un soufflé de patatas. Para los buenos aficionados a ellas, suelen disponer también de ostras Gillardeau de excelente nivel. Pero nos queda lo mejor: si se hace una visita en otoño, es imperdonable irse sin probar la liebre a la Royale con trufas y foie-gras.

Buen carro de quesos afinados, y mejores postres, en los que predominan las frutas, en acertados juegos de combinaciones entre temperaturas y texturas.

Los vinos, como en casi todos los grandes restaurantes de Ginebra, son mayoritariamente franceses, aunque se encuentran otras referencias interesantes, básicamente europeas y de corte clásico.

Para sibaritas de la gastronomía y la naturaleza.

Colaboración especial: Dani – CaviarBCN

Página Web Restaurant du Parc des Eaux-Vives

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