Krug

Krug



Desde el año 1843, con un único y exclusivo proposito, la familia Krug ha fabricado con orgullo un champagne de caracter excepcional. La suya es una leyenda viva, una idea de excelencia y exclusividad que se define en silencio a través de la dedicación de seis generaciones sin interrupción.

El fundador de Krug, Johan Joseph Krug, era un inconformista que dió la espalda a una empresa de champagne establecida, para establecerse por su cuenta. Él no sólo tenia la visión, sino también el talento, para lograr su ambición de crear un champagne con un sabor muy diferente a cualquier otro.

Las futuras generaciones de la familia Krug no sólo honraron su logro, sino que lo ampliaron, con el verdadero orgullo y pasión por su oficio. Desde la meticulosa selección de la uva, a través del nacimiento del vino en las barricas de roble, al intrincado proceso de «encaje», seguido por largos años de crianza en las cavas, el champagne Krug es la culminación de un minucioso proceso artesano. El resultado es un sabor que se distingue instantáneamente y completamente inolvidable, una impresionante abundancia de sabores, un extraordinario contraste de riqueza, poder, frescura y delicadeza.

Krug no sólo es uno de los champagne favoritos de los expertos y entendidos, se le considera en el mundo como la máxima expresión del discernimiento y la individualidad.

Krug es hoy en día el resultado  de la continuidad, de la visión, del espíritu, de la pasión, es una riqueza absoluta en cualquier momento y lugar. Para descubrir Krug debes compartir ese espíritu, sentir la pasión, para poder experimentar algo verdaderamente excepcional, intenso, inspirador. Krug es una revelación en todo momento.

Sin duda un placer digno de sibaritas que debe intentar probar para entender el porqué este champagne es considerado como uno de los mejores del mundo.

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